Eclesiastés
"Dios revela
nuestra finitud"
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0:30 / Contiene: 12 capítulos, 222 versículos y 5.584 palabras.
Contenidos
- 1 Estructura de Eclesiastés
- 2 Autor y fecha
- 3 Contexto Histórico de Eclesiastés
- 4 Retos de Interpretación
- 5 Temas históricos y teológicos
- 6 Vista Panorámica de Eclesiastés
- 7 Referencias Proféticas
- 8 Importancia en la Biblia
- 9 Extras de Eclesiastés
- 10 Hojas de trabajo de Eclesiastés
MÉTODO CRÍTICO
1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ
EL LIBRO? Salomón
2) ¿CUÁNDO FUE
ESCRITO? 1000 a.C.
3) ¿A QUIEN FUE
ESCRITO? Jóvenes de Israel / Incrédulos / Roboam hijo de
Salomón.
4) ¿DE DONDE FUE
ESCRITO? Jerusalén
MÉTODO HISTÓRICO
1)
¿CUÁL ES EL TRASFONDO HISTÓRICO DEL LIBRO? Eclesiastés significa el
orador o el predicador. Este libro parece haber sido escrito como un soliloquio
(una persona hablando consigo misma). De acuerdo con la tradición judía, Salmón
fue autor, aunque algunos eruditos dicen que fue escrito en una época
posterior. La palabra “vanidad,” que aparece muchas veces en el libro,
significa transitorio o pasajero. Cuando el autor dice que todas las cosas son
vanidad, quiere decir que se acabaran. El último capítulo, citado muy
frecuentemente, es muy interesante Io instructivo. Las
referencias simbólicas se refieren a las diferentes partes del ser humano.
MÉTODO LITERARIO
1) ¿QUE GENERO DE
LITERATURA ES EL LIBRO? Sapiencial / Poético Soliloquio
MÉTODO PANORÁMICO
1) ¿CUÁL ES LA IDEA
PRINCIPAL DEL LIBRO? El hombre sin Dios no es nada.
2) ¿CUÁL FUE LA
RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Advertencia a otros a no
pasar por lo que el autor pasó.
PALABRAS CLAVE EN ECLESIASTÉS (RV1969): Dios,
vanidad, debajo del sol (debajo del cielo), sabio (sabiduría), justo
(justicia), impío )impiedad), malo (mal, maldad), necio (insensato), trabajo
(trabajar, afanarse), riquezas (bienes)
TEMAS: Vanidad
(inutilidad), debajo del sol, provecho.
FECHA EN QUE FUE REDACTADO:
Desconocida, las opiniones de los eruditos abarcan un período muy amplio.
ÉNFASIS: La naturaleza
transitoria de la vida presente; cómo vivir sabiamente en un mundo donde la
única certeza es la muerte y el juicio, la futilidad de las búsquedas humanas
que no tienen en cuenta el temor de Dios.
Titulo: ”Sin Dios la vida no tiene sentido”
12:13 “El fin de todo el discurso oído es este:
teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del
hombre”
1:1 Todo es
vanidad
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1:12 La
experiencia del predicador
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3:1 Todo tiene su
tiempo
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3:16 Injusticias
de la vida
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5:1 La vanidad de
la vida
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7:1 Sabiduría e
insensatez
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8:10 Cosas de la
vida
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10:1 La sabiduría
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11:9 Consejos a
Jóvenes
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12:9 Conclusión
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El perfil autobiográfico del escritor
del libro sin duda alguna apunta a Salomón. La evidencia abunda:
- El título encaja con Salomón, "hijo de David, rey en Jerusalén" (1:1) y "rey sobre Israel en Jerusalén" (1:12)
- La odisea oral del autor relata la vida de Salomón (1 R 2-11)
- El papel de uno que "enseño sabiduría al pueblo" y escribió "muchos proverbios" (12:9) corresponde a su vida.
Todos estos
apuntan a Salomón, el hijo de David como el autor.
Una vez que
Salomón es aceptado como el autor, la fecha y ocasión se vuelven claras.
Salomón lo escribió probablemente en sus últimos años ( no más tarde de
alrededor del 931 a.C.), primordialmente para advertir a los jóvenes de su
reino, sin omitir a otros. Él les advirtió que evitaran caminar en la vida por
el camino de la sabiduría humana; él los exhortó a vivir por la sabiduría
revelada de Dios (12:9-14).
La reputación de
Salomón por poseer sabiduría extraordinaria encaja con el perfil de
Eclesiastés. David reconoció la sabiduría de su hijo (1 R 2:6, 9) antes de que
Dios le diera a Salomón una medida adicional . Después de que recibió un
corazón "sabio y entendido" del Señor (1 R 3:7-12), Salomón ganó
renombre por ser inmensamente sabio al emitir decisiones (1 R 3:16-28), una
reputación que atrajo a "todos los reyes de la tierra" a sus cortes
(1 R 4:34). Además, él compuso canciones y proverbios (1 R 4:32; 12:9),
actividad para la cual estaban calificados los mejores sabios. La sabiduría de
Salomón, tal como la riqueza de Job, sobrepasó la sabiduría "de todos los
orientales" (1 R 4:30; Job 1:3).
El libro es aplicable a todos los
que escuchen y se beneficien, no tanto de las experiencias de Salomón, sino de
los principios que extrajo como resultado. Su objetivo consiste en responder a
algunas de las preguntas más desafiantes de la vida, particularmente donde
parecen ser contrarias a las expectativas de Salomón. Esto ha llevado a que
algunos, no sabiamente, tomen la perspectiva de que Eclesiastés es un libro de
escepticismo. pero a pesar de la conducta y la manera de pensar asombrosamente
no sabias, Salomón nunca dejó su fe en Dios (12:13, 14).
La
declaración del autor de que “todo es vanidad” encierra el mensaje primario del
libro (1:2; 12:8). La palabra traducida “vanidad” es usada por lo menos en tres
maneras a lo largo del libro. En cada caso, va ka naturaleza de la actividad
del hombre “bajo el sol” como:
1. “pasajera”,
lo cual considera la naturaleza transitoria de la vida, semejante al vapor
(Stg. 4:14)
2. “fútil”
o “sin significado”, lo cual se enfoca en la condición del universo y los
efectos debilitadores que tiene sobre la experiencia terrenal del hombre.
3. “incomprensible”
o “enigmática”, lo cual considera las preguntas sin respuesta de la vida.
Salomón emplea estos tres significados en Eclesiastés.
- Mientras que en cada caso el contexto determinado en cuál significado se está enfocando Salomón, el significado de vanidad que más se repite es “incomprensible” o “imposible de conocer”, refiriéndose a los misterios de los propósitos de Dios. La conclusión de Salomón de “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos” (12:13,14) es más que el resumen del libro. Es la única esperanza de la vida y la única respuesta razonable de fe y obediencia al Dios soberano. Él lleva a cabo de manera precisa todas las actividades debajo del sol, y cada una de ellas a su tiempo de acuerdo a su plan perfecto, pero también revela únicamente tanto como su sabiduría perfecta dicta y hace responsables a todos los hombres. Aquellos que se niegan a tomar a Dios y a su Palabra seriamente están condenados a una vida de la vanidad más severa.
- Tal como es verdad con la mayoría de la literatura bíblica de sabiduría, poca narración histórica se lleva a cabo en Eclesiastés, fuera del peregrinaje personal de Salomón. El sabio real estudio la vida con grandes expectativas pero repetidamente lamentó sus fracasos, los cuales él reconoció que se debían a la maldición (Gn 3:14-19). Eclesiastés representa la dolorosa autobiografía de Salomón quien, durante gran parte de su vida, desperdició las bendiciones de Dios en su placer personal en lugar de la gloria de Dios. Él escribió con el objetivo de advertir a las generaciones siguientes para que no cometieran el mismo error trágico, en gran parte de la misma manera en la que Pablo escribió a los corintios (1 Co 1:18-31; 2:13-16).
- La palabra clave es "vanidad", la cual expresa el intento fútil por estar satisfecho de manera independiente de Dios. Esta palabra es usada 37 veces expresando las muchas cosas difíciles de entender acerca de la vida. Todas las metas y las ambiciones terrenales, cuando son buscadas como fin en sí misas, únicamente producen vacío. Pablo probablemente estaba haciendo eco de la insatisfacción de Salomón cuando escribió: "....la creación fue sujeta a vanidad" (la "vanidad" de Salomón; Ro 8:19-21). La experiencia de Salomón con los efectos de la maldición (Gn 3:17-19) lo llevaron a ver la vida como "perseguir el viento".
- Salomón preguntó: "¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo...?" (1:3), una pregunta que él repitió en el 2:24 y en el 3:9. El rey sabio enfocó una considerable porción del libro a dirigirse a este dilema. La imposibilidad de descubrir tanto las operaciones internas de l creación de Dios como la providencia personal de Dios en la vida de Salomón también fueron profundamente problemáticas para el rey, como lo fueron para Job. Pero la realidad del juicio para todos, a pesar de muchos elementos desconocidos, emergió como la gran certeza. A la luz de este juicio por parte de Dios, la única vida de satisfacción es la que es vivida en reconocimiento apropiado de Dios y servicio a Él. Cualquier otro tipo de vida es frustrante y sin sentido.
- Un equilibrio apropiado del tema preeminente de "disfrutar la vida" con el del "juicio divino" dirije al lector hacia el Dios de Salomón con el cordón seguro de la fe. Por un tiempo, Salomón sufrió por el desequilibrio de tratar de disfrutar la vida sin considerar el temor del juicio de Yahweh sosteniéndolo en el camino de la obediencia. Finalmente, él llegó a entender la importancia de la obediencia. Los resultados trágicos de la experiencia personal de Salomón, junto con el entendimiento de una sabiduría extraordinaria, hacen de Eclesiastés un libro a partir del cual todos los creyentes pueden ser advertidos y crecer en su fe (2:1-26). Este libro muestra que si una persona percibe cada día de existencia, trabajo y provisión básica como un regalo de Dios, y acepta lo que Dios le da, entonces esa persona vive una vida abundante (Jn 10:10). No obstante, uno que busca estar satisfecho fuera de Dios vivirá con futilidad independientemente de lo que acumule.
Cada
persona busca la realización en su vida, ¿pero dónde se encuentra? ¿Está en la
riqueza material, en los placeres, en la sabiduría humana? Salomón ponderó en
estas cosas y otras más, pero no obtuvo satisfacción plena en ellos. El
describe su búsqueda en el libro de Eclesiastés, y concluye que todo esto lleva
a la inutilidad (6:12). Para encontrar el significado de la vida se debe ir más
allá de estas posibilidades. La verdadera y permanente satisfacción sólo puede
encontrarse en una relación personal con Dios.
Para
entender este libro es esencial saber el significado de dos expresiones
hebreas: vanidad de vanidades y bajo el sol. Vanidad
ocurre 37 veces e indica la inútil, huidiza y misteriosa naturaleza de la vida.
Bajo el sol ocurre 29 veces e indica una perspectiva secular de la vida.
Estas dos expresiones son indicios de que el escritor, Salomón el Predicador,
no está describiendo el mundo en sus propios términos como el rey a quien Dios
había escogido, sino desde la perspectiva de una persona increíblemente
exitosa, pero secular, que considera el mundo independientemente de Dios, y
concluye que no hay esperanza. En última instancia, la respuesta a la
desesperación se encuentra en 12:13: teme a Dios y guarda sus mandamientos.
Dios
inspiró al hombre a quien había dotado con más sabiduría (1 R 4:29–34) para
escribir el libro de Eclesiastés (1:1, 12). Salomón escribió para la juventud
(11:9) y para su hijo en particular (12:12); pero lo que él escribió es útil
para todos. Prácticamente Salomón tenía recursos ilimitados para procurar la
respuesta a la pregunta, ¿Qué provecho tiene el hombre en toda su obra? (1:3;
2:24; 3:9). Para descubrir la respuesta, él investigó por muchos medios de la
vida: la sabiduría, el placer, la riqueza, e incluso la experiencia religiosa.
Después de sus intentos para descubrir “la buena vida,” llegó a la sorprendente
conclusión de que: No hay nada mejor para un hombre que comer y beber y
decirse que su trabajo es bueno (2:24). Salomón da muchas exhortaciones
sensibles en Eclesiastés, instando a los lectores a tratar de vivir una vida
buena. Sin embargo, el razonamiento de bajo el sol lleva a la conclusión
de que el gozo, la sabiduría y la moralidad conducen al mismo fin: la muerte le
toca a todos por igual y es el fin de todo.
¿Puede
tal libro haber sido inspirado por Dios? ¡Por supuesto que sí! Todas las
palabras de este libro, como las de los otros libros bíblicos, fueron
inspiradas por Dios. Da el mejor ejemplo del razonamiento bajo el sol y
en forma conclusiva ilustra que es esencial una revelación especial de Dios
para poder contestar las preguntas que Eclesiastés hace.
El nombre
del libro significa “predicador” o “el que llama a asamblea.” El libro de
Eclesiastés se lee en la fiesta anual judía de los Tabernáculos. Salomón
escribió tres libros del Antiguo Testamento. Probablemente haya escrito el
Cantar de los Cantares durante su juventud, los Proverbios en su madurez y
Eclesiastés en su vejez, cerca del tiempo de su muerte en el año 931 a.C.
El libro
de Eclesiastés motiva al lector a buscar las respuestas de Dios a los problemas
de la vida, y no conformarse con el razonamiento de bajo el sol como un medio
de llegar a soluciones absolutas. En última instancia, la respuesta al
significado de la vida está en obedecer a Dios y gozar de su compañerismo.
Para todas las vanidades descritas en el Libro de
Eclesiastés, la respuesta es Cristo. De acuerdo a Eclesiastés 3:17, Dios juzga
al justo y al impío, y los justos son solo aquellos que están en CRISTO (2
Corintios 5:21). Dios ha colocado el deseo por la eternidad en nuestros
corazones (Eclesiastés 3:11), y ha provisto el Camino a la vida eterna a través
de Cristo (Juan 3:16). Se nos recuerda que luchar por alcanzar las riquezas del
mundo, no solo es vanidad porque no satisface (Eclesiastés 5:10), sino que aún
si pudiéramos alcanzarlas, sin Cristo, perderíamos nuestras almas y ¿qué
provecho habría en ello? (Marcos 8:36). A última instancia, cada desilusión y
vanidad descrita en Eclesiastés tiene su remedio en Cristo, quien es la
sabiduría de Dios y el único significado verdadero que encontramos en la vida.
Eclesiastés puede considerarse
una apología dirigida a las personas cuya visión no va más allá de lo que está
«debajo del sol». El autor les demuestra la vanidad de la filosofía que
abrazan, y subraya la futilidad del materialismo y de una vida sin Dios. Visto
así, Eclesiastés resulta ser una viva crítica del secularismo y pretende
combatir la tendencia a relegar la religión a la categoría de simple
instrumento del secularismo. Si el hombre concibe el mundo como un fin en sí,
la vida se vuelve vanidad; pero si lo considera como un medio por el que Dios
se nos revela y nos muestra su sabiduría y justicia, la vida tiene significado
(2.24; 5.18–20).
Una importante verdad que
hallamos en Eclesiastés es que la vida hay que disfrutarla. El Predicador
repite esta verdad varias veces como para que se escape de nuestra atención:
«Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en
su vida; y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el
bien de toda su labor» (3.12–13; véase también 2.24–25; 5.18; 8.15; 9.7–10). La
aceptación con agradecimiento de las bendiciones cotidianas puede traer gozo y
sentido de realización a la vida.
Comentario de Eclesiastés y
Cantar de los Cantares
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Hojas de trabajo
de Eclesiastés
El libro
de Eclesiastés encaja dentro de la historia bíblica como un recordatorio
constante de la brevedad de la vida humana a la luz de la eternidad,
enfatizando nuestra necesidad de temer a Dios y al mismo tiempo preparar el
camino para la revelación más grande de nuestra segura resurrección por medio
de Jesucristo.
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